El desván de La Eufrasia

Apareció al igual que un duende.

Sumergida se encontraba Cipiustrina en el desván de La Eufrasia, zona que representa la mente de la Señora.

Al igual que un rastro, repleto de mùsica, cerámicas, libros, ropa, abrigos, zapatos. Una inmensa maleta azul, repleta de risas. Cajas de colores, metal o madera. Pajarinos cantando en verano y esta mañana de Septiembre, el sonido del río formado por la lluvia.

Que llueve que llueve.... Vamos p'al desván! Que llueve que llueve, pronto escampará.




Tomados de la mano suelen caminar entre piedras. Les gusta contemplar puestas de Sol y admirar las flores del campo. Suelen amarse como se ama por primera vez. Conocen muy bien que en verdad, al Amor es necesario regar y cuidar al igual que una hermosa flor nacida entre las rocas y el Mar.




Eran dos guajes a medio criar y alguna vez mearon juntos detrás de la escalerona. Dejo sangre en el papel y todo lo que escribo rompería sino fuera porque creo en Tí.




Un pupurrí de recuerdos en el Aquí y Ahora. Una carta escrita con amor y el corazón de piedra. Una Ninfa de ensueño por todas las esquinas. Dos iniciales IB.......... tu nombre, en mi boca, en la mente y corazón. Si, volveré al desván con Cipiustrina. Viajar es salir de ti mismo soltando ando, volando voy, volando vengo haciendo camino en el vuelo.





Y mientras continua lloviendo, doy gracias al Universo, pues hubo un tiempo, hace muchas lunas en el que, cuando llovía, me no podía moverse. Por eso, aquí ahora, ando cantando, pintando, empapelando, soltando lastres del pasado a tu lado.




Querida Mme Leuba: Ya Vd no me hace daño a pesar de saber moriré pronunciando su nombre.

Queridos Amores Perdidos: Doy Gracias a los Dioses por haberos conocido.

Querida Negrita Cucurumbé: Gracias por seguir conmigo.

Queridos Fantasmas del Recuerdo: Es bueno que vayan desapareciendo.

Y, así despacito, que las prisas no son buenas, cuando nadie nos vea.... sube al desván.